Servir los pedidos «como sea» no es sostenible en el tiempo. Una industria que caiga en esto de manera sistemática entrará en pérdidas.

¿Cuántas veces oímos esto en nuestra fábrica?

Cuando estalla esa «instrucción» es porque, normalmente, es tarde, algo se ha hecho mal, algo no se ha previsto y, hablando claro, «nos ha pillado el toro» o «nos ha comido el tigre». Entonces recurrimos a «lo que sea» para servir «como sea»:

  • Horas extras en secciones que ya están ociosas.
  • Contratación de trabajadores temporales sin demasiada experiencia.
  • Trabajar en sábados y domingos.
  • Subcontratar.

Y al final cumplimos con nuestra promesa:

  • Entregamos los pedidos.
  • Como sea.

Pero si recordamos la definición de gestión de la producción es:

Servir a los clientes según los acuerdos adoptados con éstos al menor coste posible.

En la definición no aparece en ningún momento las palabras «como sea». Bueno, toca reflexionar.  Parece ser que el cliente ha quedado satisfecho (se han entregado los pedidos en fecha) pero, ¿ha quedado satisfecha la cuenta de resultados? ¿Han dejado algún margen esos pedidos? Lo dudo. ¿Qué es eso de «como sea»? ¿Es ese un criterio de gestión? No lo parece.

Lo cierto es que cada vez que «como sea» entra en juego significa que quien tiene el control de la situación son los sobrecostes y las sobrepresiones y no la dirección y, mucho menos, el criterio de eficiencia.

Por tanto, para usar el lenguaje con propiedad se va a cambiar el término: «como sea» queda sustituido por «con sobrecostes». Y la frase quedará construida de la siguiente manera:

¡HAY QUE SERVIR LOS PEDIDOS CON SOBRECOSTES!

Aunque también vale:

¡¡HAY QUE SERVIR LOS PEDIDOS PERDIENDO DINERO!!

Que esto suceda de manera puntual es algo más que normal y no es síntoma de un déficit de gestión. Ahora bien, si esto sucede con demasiada frecuencia, si se instala en el día a día, podemos tener la certeza de que se ha dejado entrar el caos y la entropía a nuestra fábrica. Las causas pueden ser:

  • El departamento comercial no respeta los plazos de entrega que la fábrica puede dar.
  • Departamento comercial y producción no se coordinan a la hora de fijar el Plan Maestro de Producción y no se ajusta la carga de trabajo a la capacidad disponible.
  • Se pierde capacidad de producción 1: la fábrica está plagada de incidencias que hace que nunca se termine nada según lo planificado.
  • Se pierde capacidad de producción 2: no paran de llegar urgencias y cambios en el orden de la producción provocando cambios y paradas de máquina no previstas, a lo que hay que añadir la dedicación a la gestión de estos cambios.
  • Se pierde capacidad de producción 3: no se respetan los tamaños de los lotes establecidos, son cada vez más pequeños, de manera que se pierde capacidad por tiempo de máquina parada.
  • Se pierde capacidad de producción 4: la suma de todo lo anterior, cuando se incumple una política, ya da igual, se incumplen todas las demás.

Conclusión

Todos en la empresa, todos, deben entender que no respetar las limitaciones y la capacidad de la fábrica implicará una pérdida de unidades producidas y, finalmente, de unidades vendidas, lo cual implicará un sobrecoste que no se puede recuperar.

Por tanto, te recomiendo que difundas este artículo dentro de tu organización para una mayor consideración a la fábrica que, dicho sea de paso, es donde se crea el valor que luego hay que vender y servir.

PROPIEDAD INTELECTUAL

©️ José Agustín Cruelles Ruiz (Zadecon)
abril 12, 2015

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