Una organización empresarial existe porque se dan sinergias entre las distintas partes que la componen.

Por eso, una organización empresarial responde a una dinámica de sistemas, no es la suma del resultado de cada una de las partes. Cuando un directivo no entiende esto y, además, no lidera, adopta un camino de primer orden, es decir, intenta mejorar los resultados de la empresa a partir de maximizar el resultado de cada una de las partes. Esto es equivalente a maximizar la felicidad de un matrimonio mediante la maximización de la felicidad del marido por un lado y la de la esposa por otro, no funciona.

Pongamos ejemplos de cómo se destruye un sistema:

  • Los vendedores tienen objetivos mensuales y fuerzan las ventas a fin de mes sin considerar las consecuencias en producción y administración. La maximización de las ventas sin restricciones lleva a vender en unas condiciones que genera unos esfuerzos por los que, finalmente, no queda margen.
  • A los inspectores de calidad se les evalúa a partir de la detección de errores, no por corregir la fuente del error. De manera que se sienten motivados a detectar defectos y a hacer partes de reprocesamiento. O se les evalúa por los defectos que no llegan a los clientes. Entonces lo que hacen es ponerse al final del proceso y rechazar mucho más de lo que haría el cliente, pero así no se equivocan. Lo saludable sería que estuvieran medidos por la cantidad de producto que no se rechaza o reprocesa. Entonces se dedicarían ayudar a evitar el error.
  • La oficina técnica sobredimensiona especificaciones en acabados y tolerancias a la vez que optimiza cada pieza y no hace esfuerzos por racionalizar componentes. Esta optimización y variedad de componentes y tolerancias tiene como efecto unos sobrecostes en producción que son desconocidos.
  • El departamento de I+D es medido por desarrollar más y más productos, lo cual está dificultando más y más la posterior industrialización y está disparando el coste de la complejidad de la gestión. De manera que los defectos de calidad aumentan y la productividad disminuye.
  • Por otro lado, el responsable de compras es medido por minimizar el coste de la compra, lo cual suele confundirse con el precio. Compra lo más barato, independientemente de que la tasa de defectos, reprocesos o tamaños de lote encarezcan el total del proceso.
  • Finalmente, el director financiero quiere minimizar los costes financieros totales de la empresa, para lo cual obliga a minimizar el almacén de materias primas mientras que se producen permanentes roturas de stock cuyo coste por paradas de producción multiplica por 100 la optimización conseguida.

Dime cómo me mides y te diré cómo me comporto.

PROPIEDAD INTELECTUAL

©️ José Agustín Cruelles Ruiz (Zadecon)
febrero 13, 2020

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