Un controller calculó que, sobre el coste de producción, los gastos generales de una empresa eran de un 18 %. Este valor incluía:

  • Administración general.
  • Gastos financieros.
  • Gastos comerciales.
  • Oficina técnica.
  • Dirección.
  • Gastos varios: impuestos, energía, alquileres, etc.

Sobre esto se aplicaba un 12 % de margen neto. De manera que sus presupuestos se configuraban de la siguiente manera:

Precio = Costes directos + Gastos generales (18 %) + Margen neto (12 %).

Con esta estructura se estaban quedando fuera del mercado y tenían la fábrica prácticamente parada, casi sin pedidos. El comercial tenía unas 30 ofertas pendientes de aprobación y le pidió al controller que, por favor, que se revisaran las ofertas de una en una para intentar bajar los precios.

Ctr- No podemos bajar los precios, si lo hacemos perderemos dinero.

Comercial- Pero si tenemos al personal parado, ¿no será mejor vender, aunque sea a margen cero y dar trabajo a la fábrica?

Ctr- No, no podemos vender a pérdidas.

Revisada la situación, resulta que, de las 30 ofertas pendientes, 15 tenían las siguientes características:

  • No necesitaban oficina técnica porque el producto venía totalmente definido por el cliente.
  • Casi no tenían coste comercial o, desde luego, no el coste habitual. Los vendedores no se tenían que desplazar ni dedicar mucho tiempo.
  • Eran ofertas de mucho volumen.

Si se tenía lo anterior en cuenta, los gastos generales imputables a estas ofertas serían inferiores a un 9 % y el margen neto se podría bajar a un 10 % (el importe de los pedidos lo compensaba). De manera que el precio se bajaría más de un 11 %.

El comercial afirmó que si bajaba en esa proporción el precio cerraría más de la mitad de las ofertas.

Ctr- Discrepo, no se puede descontar el coste de los comerciales y la oficina técnica. Yo los tengo que pagar igual.

Yo- ¿Por qué? Si estos clientes no requieren de este servicio.

Ctr- De acuerdo, lo bajamos, pero entonces, deberemos aumentar los gastos generales del resto de pedidos o de lo contrario, me faltará dinero.

Yo- ¿Por qué? Si el dinero que te entrará por captar este tipo de clientes es añadido a lo anterior, de manera que los gastos generales se diluirán más.

Y es que el coste no es un dato, se trata de un objetivo de segundo orden que resultará de un comportamiento, de sinergias bien aprovechadas y de una apuesta. El coste es incluso una apuesta que debe ir a favor del mercado y de lo que nos favorece.

Veamos qué sucederá al aumentar las ventas en este caso:

  1. El tamaño de los lotes aumentará y se mejorará la productividad de máquinas y personas por unidad fabricada.
  2. Al aumentar el volumen, las compras serán más competitivas.
  3. Los gastos generales se diluirán para el resto de los pedidos.

Es decir, lo que pasa siempre que se aumenta el volumen de producción y no se incurre en un aumento de los costes de la complejidad.

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©️ José Agustín Cruelles Ruiz (Zadecon)
enero 8, 2021

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